jueves, 25 de agosto de 2011

Kiko Argüello: una gran señal



S. Una gran señal apareció en el cielo
una mujer, una mujer vestida del sol,
con la luna bajo sus pies
y una corona de doce estrellas
está encinta, y grita
con los tormentos de dar a luz.


S. Y apareció otra señal en el cielo:
un enorme Dragón rojo,
con siete cabezas y diez cuernos.
El Dragón se detuvo delante de la Mujer,
de la Mujer que iba a dar a luz,
para devorar a su Hijo en cuanto naciera.
Y la Mujer dio a luz un Hijo varón, aquel
que ha de regir las naciones de la tierra,
y su Hijo fue arrebatado
hasta Dios y hasta su trono.


S. Entonces se entabló una batalla en el cielo:
Miguel y sus Ángeles combatieron
con el Dragón, con el gran Dragón.
También el Dragón y sus Ángeles
combatieron, pero no prevalecieron
y no hubo ya lugar para ellos en el cielo.
Y fue arrojado el Dragón, el gran Dragón,
la Serpiente antigua, el llamado Diablo
y Satanás, el seductor del mundo entero,
fue arrojado a la tierra y sus Ángeles con él.


S. Cuando el Dragón vio que había sido
arrojado a la tierra, persiguió a la Mujer
que había dado a luz al Hijo varón.
Pero se le dieron a la Mujer las dos alas
del águila grande, para volar al desierto,
donde tiene que ser alimentada
un tiempo, dos tiempos y medio tiempo.
Entonces, despechado contra la Mujer,
el gran Dragón, se fue a hacer
la guerra al resto de sus hijos
que guardan los mandamientos de Dios
y mantienen el testimonio de Jesús.


A. LA, LA, LA, LA, LA, LA, LA...